Por Lorena
Capogrossi
El proceso de privatización de empresas públicas en
Argentina durante la década de los noventa fue posible por la construcción de
un discurso que legitimó la enajenación de activos de la firma estatal ante la
sociedad. Ese discurso, bregaba por el retiro del Estado de la economía para
dejar paso al libre juego del mercado. En el caso de la privatización de las
empresas estatales, esa construcción se asentaba en tres pilares: la
ineficiencia crónica de las firmas estatales, la necesidad de fomentar la
competencia y la posibilidad de que los trabajadores se transformaran en
empresarios. Aquí nos proponemos revisar esos argumentos construidos por los
intelectuales orgánicos asociados a la comunidad de negocios, pensándolos como
estrategias ideológico-políticas orientadas a crear consensos en torno a la
necesidad de privatizar las empresas en manos del Estado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario