Por Juan Gouarnalusse
Los programas para la financiación de microemprendimientos productivos constituyeron una de las principales políticas sociales utilizadas en la Argentina durante la década de 1990. Su aplicación tuvo por finalidad fomentar el desarrollo local a través de una doble reconversión: la de personas con dificultades para acceder a un crédito en emprendedores productivos y la de los municipios en agentes promotores del desarrollo. El presente trabajo analiza el alcance y los efectos que estos programas tuvieron en una localidad sumergida en una fuerte crisis socioeconómica, a través de los contrastes entre los análisis hechos por funcionarios que llevaron a cabo estos programas y la impronta que estas políticas dejaron en la experiencia de sus beneficiarios. Aunque las proyecciones de desarrollo no fueron alcanzadas, los programas ayudaron a disipar el conflicto social en una multiplicidad de tensiones. Este trabajo busca comprender, a través de los procesos políticos que relacionaron a funcionarios con beneficiarios y redefinieron el trabajo municipal, las implicancias de las representaciones sociales sobre las cuales se constituyeron estos programas.
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